Desangelada encerrona de Antonio Ferrera en Las Ventas: sólo corta una oreja tras lidiar siete toros
Llegó el día. Quizá el más importante en el final de temporada para el torero extremeño, Antonio Ferrera, al enfrentarse en solitario en la primera plaza del mundo a seis toros de la ganadería de Adolfo Martín.
La tarde para Ferrera comenzó con el primer astado de nombre Peluquero. Muy serio por delante pero escurrido por detrás. Quiso tomar las telas del capote de Ferrera por abajo, pero se quedaba corto de embestida. El animal cumplió en el caballo. Ferrera apenas pudo lucir un par de series de derechazos. El animal humillaba y tenía bastante calidad, algo que aprovechó Ferrera para continuar con varias series de muletazos. El torero abrevió la faena y tras un pinchazo dejó una estocada y un descabello. Silencio.
El segundo de la tarde, de grandes características, fue ovacionado nada más salir al ruedo por su seriedad. No fue un toro fácil, ya que Ferrera lo tuvo complicado con el capote. Tampoco se dejó lucir en el caballo. Sin embargo, si fue espectacular el tercio de banderillas, especialmente un soberbio par de Fernando Sánchez. El extremeño intentó llevar a su terreno al animal luciendo muleta dos desligados. Poco a poco, Ferrera fue formado una faena con forma y poso con derechazos y llevando al animal hacia los medios a pesar de que el viento le complicaba cada vez más la faena. Ferrera fue a más cuando tiró de la ayuda, consiguiendo torear al natural por ambos pitones. La espada emborronó la faena y fue ovacionado.
La tarde de toros en Las Ventas proseguía con un tercer astado con el que fue muy breve con el capote, ya que no le proporcionó posibilidad de ningún lucimiento. Era muy complicado porque además de no embestir, llevaba abajo la cara. Destacaron los pares de banderillas de José Chacón. Y, en cuanto al viento, terminó por complicarle aún más la faena. Con todo ello optó por finalizar la faena. Tras varios pinchazos remató con media estocada. Silencio.
El cuarto de la tarde fue similar a los anteriores. Tampoco se dejó lucir en el capote. Muy buenos fueron los pares de banderillas de Miguel Murillo. Ya con la muleta Ferrera lució buenas series de derechazos hasta conseguir torear en redondo ganándose las palmas de los tendidos. Acortó la distancia cada vez más, pero el toro no tenía recorrido y apenas permitía medios muletazos. Ferrera navegó entre la voluntad frente a un animal que no tenía ninguna emoción en la embestida. Tras varios pinchazos, volvió a tener mala suerte con la espada. Silencio tras aviso.
El quinto de la tarde de nombre, Sevillanito, fue recibió por medias verónicas ajustadas a tablas. Era el único que se dejaba torear con el capote. Enorme Fernando Sánchez en su par de banderillas, ovacionado de nuevo junto a un José Manuel Montoliú que fue volteado de forma aparatosa por el cárdeno. El animal no quería embestir por ningún pitón a pesar de que Ferrera acortaba a media distancia para intentar sacarle alguna embestida. Ferrera exprimió al natural por la derecha y por la izquierda la clase a menos del toro. El astado le dio distancia para entrar a matar, pero tampoco le permitió matar al animal a la primera. Tras varios pinchazos remató con media estocada. Palmas tras aviso.
El sexto fue protestado en la salida por escurrido, no fue bien picado y dio juego en un tercio de banderillas. Ferrera lució dos series por la derecha, pero no tuvo continuidad en el resto de la faena el viaje del de Adolfo, que salía siempre con la cara alta de los embroques y no resultó fácil. Además, poco a poco fue perdiendo fuerza y terminó manseando. El toro tampoco le ayudo a matar, haciéndolo de dos pinchazos y media estocada. Silencio tras aviso.
Debido al mal sabor de boca de la tarde, Ferrera pidió el sobrero que regalaría el mismo para intentar levantar su tarde, a lo que el presidente accedió.
Era la hora del séptimo de la tarde, de la ganadería de Pallarés. Decidió el torero compartir tercio de banderillas con sus tres banderilleros. Con la muleta estuvo sensacional toreando en redondo por el pitón derecho y cambios por la espalda. El toro era noble, pero embestía, y el extremeño supo sacarle partido a esa virtud. Continuó por la mano izquierda sacando todo lo que tenía el animal rematando la serie por debajo. Por fin consiguió animar al público en una tarde un tanto gélida. Tras una gran estocada casi entera de buen efecto, se ganó el único trofeo de la tarde.
Ficha del festejo
Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Feria de Otoño, quinta de abono. Corrida de toros.
Toros de Adolfo Martín, serios y con mucha presencia. Y un sobrero de Pallarés que regaló el matador.
Antonio Ferrera en solitario: silencio, ovación, silencio, silencio, palmas tras aviso, silencio tras aviso y oreja.